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Biomímesis Organizacional: más allá de la Economía Circular


Edita Olaizola

Domingo, 21 de Febrero 2021


En estos momentos en que la lucha contra el cambio climático es una tarea global, también se pueden hacer aportaciones desde el ámbito de los negocios.


Imagen de Screenexa, Dreamstime
El  Parlamento Europeo define la economía circular como un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales y productos existentes todas las veces que sea posible para crear un valor añadido. De esta forma, el ciclo de vida de los productos se extiende.   Es decir, su gran aportación es que abandona el planteamiento lineal de producción y consumo (extraer - producir - consumir - desechar) para ofrecer uno en el que los llamados desechos vuelven a introducirse en la cadena de valor para generar diversas utilidades.

Si nos fijamos en los cuatro puntos clave que cualquier modelo de gestión, podemos ver cómo se plantea la Economía Circular:
  Leit motiv: mantener la utilidad de los productos, componentes y materiales, y conservar su valor. Fines: Optimización del desarrollo (y mejora económica). Medios: Reparar, reciclar, neutralizar, refabricar. Personas: Especialización en gestión de procesos y estudio de materiales.
Este planteamiento ha tenido muy buena acogida en la sociedad, hasta el punto de que en España  contamos con  la Estrategia Española de Economía Circular (EEEC) con la que se quiere pasar de una economía lineal a una circular de aquí a 2030, y que se verá muy pronto reforzada  por unos 85.000 millones de euros.  Una magnífica noticia que nos acerca a los logros europeos y hacia una visión más respetuosa de la naturaleza.
 

Y aún podemos dar un paso más:  podemos pasar de la visión antropocéntrica que subyace en el modelo de Economía Circular (es una forma más eficiente de utilizar los recursos naturales, que están a nuestro servicio porque somos los reyes de la creación) a una cosmovisión que nos haga contemplar a las organizaciones como un subsistema más del gran ecosistema que llamamos Planeta.  

Desde esta "nueva" cosmovisión he desarrollado un modelo de gestión corporativa que he denominado Biomimética Organizacional. (Bio = vida, mímesis = imitación).  Hace muchos años que el mundo de la ingeniería utiliza la biomímesis para diseñar productos tan variopintos como el helicóptero, el velcro o los enjambres de robots.  Ahora es el momento de aplicar la idea al mundo de los negocios para conseguir que las organizaciones consigan resultados positivos respetando a y aprendiendo de la naturaleza.
 

De acuerdo con los mencionados cuatro puntos clave de un modelo de gestión, la Biomímesis Organizacional presenta las siguientes características:
  Leit motiv: Aprender de la naturaleza. Fines: negocio en armonía con la naturaleza, como un subsistema más del ecosistema Tierra. Medios: Ciencia y tecnología como banco de pruebas de lo aprendido observando a la naturaleza. Personas: Creativas, comprometidas y éticas (salud y bienestar).

Así pues, y sin entrar en detalle, podemos señalar dos diferencias entre la Economía Circular y la Biomímesis Organizacional:

1) en el modelo biomimético, el componente social va indisolublemente unido a la gestión empresarial,  puesto que desde el comienzo se considera que la empresa es un subsistema dentro del sistema-naturaleza; es decir, las personas que integran la empresa tienen el protagonismo en la definición y ejecución de los objetivos estratégicos del subsistema empresa.  Sin embargo, aunque aparecen externalidades sociales positivas en los procesos de economía circular, estos no están explicitados ni en los objetivos ni en las estrategias del movimiento;

2) la Biomímesis va más allá de los procesos de elaboración del producto y el cuidado del medioambiente por reducción de deshechos, puesto que se trata del aprovechamiento óptimo de los recursos aprendiendo de la naturaleza e imitándola, puesto que la organización se comporta tal y como se comporta cualquier otro subsistema de la naturaleza.  Podemos aprender de los pájaros, los bosques, etc.,  e "importar" sus descubrimientos a la gestión corporativa.
 

 A grandes rasgos, la Biomimética Organizacional contempla para su implantación tres fases sucesivas: primera, diagnóstico de la organización para determinar hasta qué punto su modelo de gestión concuerda con el enfoque biomimético; segunda, comprobar hasta qué punto los líderes de la organización presentan un perfil de "líder biomimético";  tercera, acompañar a los líderes en la generación de comportamientos biomiméticos en toda la organización.

He diseñado este modelo después de varios años de estudiar el tema y muchos de ejercicio profesional, y se ha plasmado en una investigación científica dividida en tres fases: caracterizar las organizaciones biomiméticas, caracterizar el liderazgo biomimético y mostrar algunos beneficios que aporta dicho liderazgo a la organización.  El planteamiento ha sido ratificado por un Panel de 21 Expertos de diferentes ámbitos y por 282 directivos de distintos sectores de actividad, y se ha conseguido demostrar que su aplicación puede generar una mejora de hasta el 35% en la gestión estratégica sostenible y un incremento de hasta el 15% en la innovación en sostenibilidad.  Es decir, estamos hablando de un modelo de gestión que es rentable para las organizaciones.
 

Pero, sobre todo, es un modelo que nos puede ayudar a restaurar la maltrecha salud del planeta consiguiendo además que las personas nos sintamos involucradas y comprometidas con este gran proyecto global.  Podríamos decir que la Biomimética Organizacional aporta los siguientes beneficios:
  Para la ciencia, incorpora nuevos conocimientos a las ciencias sociales y favorece enfoques multidisciplinares.  Para los directivos, mejora el autoconocimiento y consecuente bienestar personal; mejora las relaciones interpersonales dentro y fuera de la organización; consigue mejores resultados profesionales; mejora la satisfacción de sus equipos de trabajo con un proyecto nuevo ganador.  Para las organizaciones, consiguen mejores resultados, mejor posicionamiento e incremento de la reputación corporativa.  Para la sociedad, contribuye a definir un nuevo modelo de interrelaciones sociales afianzando la ética y la corresponsabilidad.  Para el planeta, consigue organizaciones respetuosas e integradas en el sistema.


Parece el momento idóneo para implantar la Biomimética Organizacional porque:
  la pandemia del Covid19 nos está demostrando lo frágiles que somos, la necesidad que tenemos de apoyarnos unos a otros y la necesidad de evitar otras catástrofes similares provenientes del maltrato al planeta (la zoonosis es una de ellas);     el Plan de Recuperación Europeo en  España tiene como objetivo impulsar la transición ecológica y la economía digital, y concentrará el 70% de las inversiones de los primeros 70.000 millones en los próximos tres años;   Como muy bien observa Rifkin, los nativos digitales están empezando a concebirse a sí mismos como un grupo planetario que habita una biosfera común. Extienden la empatía de una forma más expansiva,  piensan en sí mismos como miembros de una especie amenazada y empatizan con su condición común en una Tierra desestabilizada. Y un creciente número de jóvenes está empezando a dar un último paso más allá, empatizando con todas las otras criaturas con las que compartimos una herencia evolutiva.    
Así pues, la Biomimética Organizacional va un paso más allá: no se limita a reducir daños para poder seguir disponiendo indefinidamente de los recursos necesarios para el negocio, sino que plantea aprender de la naturaleza (y gestionar como ella) para poder comportarnos como lo que somos, un engranaje más de la vida. Es la mejor opción para que este planeta pueda seguir vivo en condiciones naturales.

Más información en:
  Biomimética Organizacional: Video de TEDx Biomimética Organizacional: ebook Biomimetic Organisations: A Management Model that Learns from Nature   (Para citar el artículo: Olaizola, E. et al. (2020). Biomimetic Organisations: A Management Model that Learns from Nature. Sustainability, 12(6), 2329; https://doi.org/10.3390/su12062329) Las empresas deben crecer aprendiendo de la naturaleza:  artículo en Tendencias21  
 

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