Imagen. Marco Melgrati. Instagram.
Soy una analfabeta.
Somos unos analfabetos.
Creemos que sabemos y no sabemos.
Creemos que conocemos y no conocemos.
Queremos hacer grandes cosas y ni siquiera hacemos de nuestra vida un sitio habitable.
Nos peleamos, nos enfrentamos, nos encaramos, nos frustramos, nos resentimos, nos engañamos.
Nos tenemos declarada la guerra, a nosotros mismos, a los demás y al entorno.
Vivimos en un constante estado de alarma, cuando no es por una cosa es por otra.
Vivimos en el miedo constante.
Vivimos en constante desazón.
Casi todo es vacío y sin embargo nos centramos sólo en lo lleno, en lo tangible.
Casi todo son incertidumbres y nos centramos sólo en las certidumbres.
Nos empeñamos en llevar la razón.
Al parecer es muy importante llevar razón.
Casi nadie se pregunta para qué sirve llevar razón.
Nos creemos eternos.
No aceptamos que somos fugaces.
Reflexión de 2009.
Somos unos analfabetos.
Creemos que sabemos y no sabemos.
Creemos que conocemos y no conocemos.
Queremos hacer grandes cosas y ni siquiera hacemos de nuestra vida un sitio habitable.
Nos peleamos, nos enfrentamos, nos encaramos, nos frustramos, nos resentimos, nos engañamos.
Nos tenemos declarada la guerra, a nosotros mismos, a los demás y al entorno.
Vivimos en un constante estado de alarma, cuando no es por una cosa es por otra.
Vivimos en el miedo constante.
Vivimos en constante desazón.
Casi todo es vacío y sin embargo nos centramos sólo en lo lleno, en lo tangible.
Casi todo son incertidumbres y nos centramos sólo en las certidumbres.
Nos empeñamos en llevar la razón.
Al parecer es muy importante llevar razón.
Casi nadie se pregunta para qué sirve llevar razón.
Nos creemos eternos.
No aceptamos que somos fugaces.
Reflexión de 2009.