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Tras el impacto del COVID-19: CNAE A


CNM GABRIEL BARCELO

Lunes, 20 de Abril 2020


Vamos a continuar analizando posibles recomendaciones estratégicas de actuación para reactivar nuestra economía, tras esta pandemia. Nos referiremos a actividades económicas de nuestra Clasificación Nacional de Actividades Económicas CNAE, en su primer nivel A: Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca.


 
Precisamente, los responsables y actores de estas actividades del campo, estaban realmente alterados antes de la pandemia, debido a la falta de rentabilidad de su trabajo. Suspendieron sus actuaciones reivindicativas y sus protestas del campo, ante la crisis sanitaria. Protestas que desde que comenzara el año 2020, se estaban produciendo en cascada en todo el país, para defender unos precios justos, y dignidad para el campo. Ahora, cuando está asegurado el suministro de alimentos, se demuestra la necesidad económica y social de este sector, y la conveniencia de que se establezca una estrategia para evitar la pérdida de los ingresos de estas familias, e incluso para fomentar estas actividades, y los puestos de trabajo en el campo.
Va a ser necesario un cambio radical en nuestro modelo socio-económico, incluso importantes transformaciones en todos los ámbitos: político, cultural, económico, etc. Tras los actuales y urgentes esfuerzos sanitarios, no debemos obviar el análisis detenido de nuestra crisis, y proponer urgentes estrategias de reactivación. Pero será necesaria una rigurosa planificación y un liderazgo objetivo, alejado de condicionamientos políticos.
Es necesario un análisis previo, y tras el posterior diagnóstico, concebir una planificación de actuaciones económicas por sectores, y proceder a su implantación selectiva. Incluso estudios fiscales sectoriales para dinamizar la economía, proponiendo cambios, en los supuestos de que el régimen tributario actual pueda limitar o condicionar la actividad económica del sector.
Iniciamos ese posible análisis con propuesta de ideas para el sector A, del CNAE, en concreto, en relación con la producción agraria, ganadera, silvicultura y pesca, para fomentar la producción nacional. En el sector pesquero, la demanda ha experimentado una caída brusca, ya que los minoristas, restaurantes, comedores de empresas y otros grandes compradores, han reducido o cerrado temporalmente sus actividades.
 
Globalización o soberanía
Nos encontrábamos en una dinámica de globalización, y hemos vuelto a la realidad con esta emergencia de salud: no se trata de buscar el menor coste mundial de los bienes y servicios que demandamos, debe ser respetado la necesidad estratégica de nuestras propias actividades, y especialmente en la agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. Tenemos que asegurar la subsistencia de la población.
Es prioritario que nuestros conciudadanos puedan sobrevivir en este nuevo entorno. Tenemos que ser más sensibles al atributo estratégico de localización próxima, debemos dar prelación a nuestra propia economía, que a economizar en el seno de la globalización.
 
Desgravar la energía
También, al realizar un estudio fiscal de la economía, y especialmente del campo, debemos evitar cualquier sobrecoste sobre la energía, pues incrementará geométricamente el coste de producción de nuestros bienes y servicios agrarios y ganaderos. Cualquier tipo de consumo empresarial de energía tendría que quedar eximido de tributación. De esta forma se abaratará su uso, favoreciendo la actividad económica en general. No obstante, se mantendría la actual tributación en los consumos no generadores de riqueza, como los viajes de ocio o el consumo personal.
Esta medida es también necesaria para fomentar la actividad del campo, la ganadería, la pesca o el transporte: Exonerar a estas actividades de impuestos a la energía que consumen. Todas estas actividades, al menos, deben disponer de combustibles sin costes fiscales, para que su coste de producción no quede mermado con un absurdo coste adicional de la energía, que no es más que un beneficio previo para el tesoro Público, sin contraprestación alguna, y que redunda en una menor producción y en mayores costes finales de los bienes producidos. El coste de los combustibles en toda actividad económica, debe ser el más reducido posible. No pedimos subvencionar los combustibles al sector A, reclamamos que no sean gravados con costes fiscales innecesarios y sin contraprestación alguna.
 
Portales en Internet
También es necesario canalizar la venta de los productos de estos sectores, por ejemplo, promoviendo la venta directa, del productor al consumidor. Esto podría ser una quimera hace años. Ahora disponemos de tecnología suficiente: portales en Internet vendiendo esos productos desde el agricultor o el ganadero, a precios finales ligeramente inferiores a los habituales del mercado consumidor. Pero de esta forma, todo el margen de comercialización, será en beneficio del productor, compensando parte de sus posibles pérdidas de producción.
Ayuntamientos, Diputaciones, Autonomías y Gobierno, deben fomentar esas inversiones que beneficiara a todos, facilitando al productor directamente, o a través de cooperativas, el disponer de esos portales de venta directa en Internet, en todos los idiomas de la comunidad europea, para que cualquier ciudadano de Europa, y del mundo, pueda acceder directamente a esos productos. Lógicamente este servicio digital debe estar sustentado en un sistema de logística apropiado y suficiente, que hoy día está disponible en todos los rincones de España. Pero también es necesario garantizar al comprador el buen fin de la operación de compra, creando un sello de calidad y, sobre todo, una garantía de reembolso en caso de pérdida, siniestro o deterioro del envío perecedero: un seguro que garantice al comprador que no podrá ser engañado.
Es necesario ayudar y apoyar la comercialización internacional directa de los propios agricultores, para que puedan vender sus productos, sin intermediarios en todo el mundo, pero preferentemente en Europa. Y dar créditos suficientes para crear estos portales y para que se actualicen periódicamente, y que los posibles clientes, vean un servicio moderno y eficaz. No necesitamos ya, en nuestra actual sociedad digitalizada, intermediarios europeos que vivan del campo español, generando sobrecostes innecesarios.
Toda esta campaña podría ir acompañada de una profusa difusión del esfuerzo de los agricultores españoles y europeos, y de cómo ese esfuerzo permite al resto de los europeos del norte, disponer de alimentos más saludables en pleno invierno, sugiriendo estudios de como la dieta alimentaria europea ha ido cambiando favorablemente, y por tanto, aumentando su longevidad. Difundir que gracias a esos agricultores, sus vidas han mejorado, y ahora también, gracias estos nuevos sistemas de comercialización, basados también en un trasporte y una logística eficiente, rápida y capaz. Potenciando que además del turismo, los países del sur aportamos la despensa de invierno, que permite la mejora de la salud europea. Por ejemplo, la demanda de naranjas en Europa, tras iniciarse la pandemia, se ha incrementado enormemente.
 
Fomento de la venta local
Los ayuntamientos con recursos pueden fomentar también las compras de estos productos del campo, de primera necesidad, entregando vales de compra a sus ciudadanos, estos podrán pagar la compra diaria de alimentos, preferentemente de productos locales, en tiendas o mercados con esos vales, y el ayuntamiento pagara en dinero legal a los comerciantes, cumpliéndose los requisitos, por ejemplo de origen del producto vendido, que haya establecido el ayuntamiento.
Reforzar los sistemas de producción y distribución de alimentos es fundamental en la reactivación económica tras la pandemia, también para luchar contra el hambre y evitar enfermedades.
 
Gestión de los Recursos Humanos
En cuanto a las actividades relacionadas con el cultivo, el cuidado y la explotación de los bosques y los montes, los ayuntamientos que dispongan de silvicultura, pueden crear bolsas de trabajo, con subvenciones estatales o autonómicas, para crear puestos de trabajo en su localidad, para el cuidado y conservación de los bosques y los montes.
En cualquier caso, la dinámica laboral del campo, la circulación de temporeros, y los procedimientos de establecer subsidios al desempleo, exigen una profunda revisión, que a nivel sectorial y local, deben analizar los sindicatos y las asociaciones empresariales, pues se ha puesto en evidencia, a lo largo de esta crisis sus actuales ineficiencias, y la dudosa función de los viajes de temporeros inmigrante, para cosechas concretas, cuando existe desempleo local.
En las actuales circunstancias, es necesario potenciar el trabajo de los desempleados residentes, antes de promover viajes temporales de cosecha.
 
Resumen
Este es un modesto ejemplo, de posibles soluciones para potencia el campo, y en general las actividades clasificadas, en su primer nivel A del CNAE: Agricultura, ganadería, silvicultura y pesca. No obstante, reuniones sectoriales y regionales entre sindicatos y asociaciones, seguro que permitirán muchas más y mejores ideas, con soluciones realistas, que permitan seguir realizando estas actividades con dignidad, y sin perder el patrimonio, evitando la despoblación rural.
Las universidades, especialmente las situadas en zonas agrícolas y ganaderas, también deben buscar más soluciones para potenciar la actividad económica del campo, ante la necesidad de reactivar nuestra economía tras la pandemia 2020.

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