Vivimos en una sociedad en crisis, con recursos agotados, ciudades inhóspitas, edificios enfermos, personas que han dejado de hablarse, mirarse, tocarse, para dar paso a la tecnología y la sobreexplotación de los recursos naturales.
El Acuerdo de París establece un plan de acción global para evitar el cambio climático limitando el calentamiento global muy por debajo de los 2ºC y señala que los gases emitidos por la actividad humana deberían ser equivalentes a los que océanos, árboles y suelo puedan absorber de forma natural. Entre los principales gases de efecto invernadero el que más preocupa es el dióxido de carbono por su responsabilidad en el cambio climático.
Por lo que para que el mundo pueda alcanzar estas metas climáticas que se ha propuesto, se deben desplegar todas las vías posibles para reducir las emisiones de carbono. El sector de la construcción comercial y residencial representa el 39% del dióxido de carbono (CO2) emitido a la atmósfera la vez que genera el 30% de los residuos sólidos y el 20% de la contaminación de las aguas.
Por lo que podríamos concluir que la mitad del CO2 expulsado a la atmósfera está relacionado con la construcción de edificios a lo largo de todas sus fases: construcción, uso y posterior demolición. En consecuencia, el sector de la construcción tiene que desempeñar un papel importante en la reducción de la amenaza del cambio climático.
Cambio de paradigma
Con este escenario es evidente que necesitamos una nueva dirección hacia la construcción de un futuro saludable en nuestras ciudades para las generaciones futuras.
Un cambio de paradigma parece la única opción. Nuestra responsabilidad, dignidad y coherencia como seres humanos, es sin duda trabajar para hacer posible un camino de esperanza y bienestar.
En Arquitectura Consciente planteamos soluciones saludables. Trabajamos desde el edificio, la plaza, la distribución de sus calles, la relación con los espacios libres y su naturalización necesaria, para devolver a nuestros espacios la escala humana que la hace cómoda, atractiva y utilizable.
Utilizamos nuevas herramientas sobre la organización de una empresa o la distribución de una vivienda, el diseño de un sistema o la definición de una marca. Todas son estrategias de futuro que aseguran la salida profesional y con ella la transformación que todos esperamos.
La sostenibilidad, la eficiencia energética, el confort, la funcionalidad o la viabilidad técnica y económica, han de estar al servicio del bienestar común, porque es imposible hablar de Sostenibilidad sin pensar en el Bien Común. Si ponemos la tecnología y el conocimiento a trabajar para el Bien Común, entonces la transformación vendrá de la mano del bienestar. Este es sin duda el valor necesario a recuperar en nuestra sociedad.
Nuevos modelos de desarrollo
En este escenario es necesario encontrar nuevos modelos de desarrollo aplicando nuevas prácticas de desarrollo sostenible y regeneración urbana, trabajando desde la movilidad urbana sostenible, con indicadores y certificaciones que nos inviten a aplicar la economía circular, a trabajar sobre la resiliencia y utilizar herramientas de co-diseño.
Diagnósticos para desarrollar planes de barrio a través de la participación ciudadana y con técnicos líderes en el proceso de cambio, donde la regeneración urbana no solo sea sostenible sino que sea integral.
Sabemos que en las intervenciones es necesario volver a la escala humana, donde la calidad de vida y el bienestar sean los termómetros que midan el índice de satisfacción ciudadana.
La detección de las patologías del terreno o del ambiente producidas por alteraciones en el campo electromagnético terrestre y por la líneas de alta tensión, transformadores, antenas y todas las ondas que nos rodean gracias a la cada vez mayor dependencia de la tecnología que invade nuestras vidas, nos ayuda a establecer diagnósticos sobre el entorno y actuar de la mano de la salud geo-ambiental.
La selección del lugar más sano y apto para el desarrollo de cualquier actividad, la ejecución de materiales con cualidades bióticas, el diseño con formas y volúmenes que configuran el espacio que ocupamos y usamos en base a criterios saludables y respetuosos, la integración de la vegetación en nuestro espacio cotidiano, incorporando sus ventajas físicas y anímicas y para terminar la puesta por el cambio en nuestros intercambios económicos y por lo tanto en la tendencia del mercado centrándolo en el Bien Común.
Estos son sin duda motivos y herramientas para actuar y posibilitar un cambio de rumbo hacia el bienestar global necesario. Los espacios que ocupamos se relacionan con nosotros y nos ayudan a crecer o a enfermar, a través del desarrollo de la sensibilidad natural podemos identificar los factores que limitan nuestra acción o la expanden. Con la formación en Arquitectura Consciente aprenderemos a trabajar en el instante, sin reglas precisas aunque con pautas claras dirigidas a la evolución y el bienestar individual y colectivo.
Conexión con el entorno
El ser humano está conectado con su entorno. Llevar la atención a la realidad que forma parte de él y de su entorno reconociendo su naturaleza profunda, abre un abanico de oportunidades para construir un futuro posible y armonioso.
Es el momento de reorientar la toma de datos y de decisiones en la práctica de la construcción, en la realización de proyectos arquitectónicos y urbanísticos, así como en la configuración de espacios o estructuras empresariales.
Las decisiones que resultan pasan por manejar nuevas herramientas que permitan dar un salto cualitativo en la calidad de nuestro parque edificatorio responsable de un porcentaje cada vez más elevado de emisiones de CO2 y de mala gestión de los recursos que sabemos, son limitados Este cambio de actitud proporcionara un estado de bienestar generalizado y abrirá las puertas de un futuro saludable en nuestro planeta.
Empezar por los edificios que habitamos y los espacios urbanos que ocupamos, configuran y transforman nuestros hábitos es sin duda un acierto.
Máster en Arquitectura Consciente
En este contexto, se ha creado en la Universidad María Cristina el Máster en Arquitectura Consciente (60 ETCS), ya homologado, que reúne diferentes técnicas y profesionales para completar una formación integral, abierta y sobretodo sensible que nos permita poner en fase herramientas desconocidas para amplificar y reconstruir lo conocido desde una base integral.
Es un máster muy versátil hecho a la medida de cada necesidad, que se puede cursar entero o solo uno de los títulos de expertos que lo configuran, con 30 ETCS cada uno: EXPERTO EN SOSTENIBILIDAD Y SALUD, EXPERTO EN SENSIBILIDAD Y ARQUITECTURA.
Las clases están organizadas en un fin de semana al mes y cada fin de semana, en algunos casos cada dos. Cada una de las clases es un monográfico de 12 horas, al que también se puede acceder de forma independiente y obtener un certificado de asistencia por el centro universitario.
La formación en Arquitectura Consciente es una formación que trabaja con herramientas orientadas a la sostenibilidad urbana, la bioconstrucción, la salud geoambiental y la economía del bien común, por un lado, junto a herramientas de sensibilidad natural, como son el feng shui y la geometría sagrada por otro, para actuar en la Arquitectura y el Urbanismo del futuro desde la Ecología profunda, la rama de la filosofía ecológica que considera a la humanidad parte de su entorno, proponiendo cambios culturales, políticos, sociales y económicos para lograr una convivencia armónica entre los seres humanos y el resto de los seres vivos.
Anahí Asenjo, directora del Máster, señala: “Soy testigo sensible de cómo la actividad humana se está alejando de su naturaleza empujada por criterios de rentabilidad y consumo para evidenciar al fin que estamos olvidando quienes somos. Como seres humanos, necesitamos recuperar nuestro lugar, reconocer quiénes somos, despertar nuestra sensibilidad y trabajar conjuntamente para el desarrollo y el crecimiento de la vida en nuestro planeta.”
El Acuerdo de París establece un plan de acción global para evitar el cambio climático limitando el calentamiento global muy por debajo de los 2ºC y señala que los gases emitidos por la actividad humana deberían ser equivalentes a los que océanos, árboles y suelo puedan absorber de forma natural. Entre los principales gases de efecto invernadero el que más preocupa es el dióxido de carbono por su responsabilidad en el cambio climático.
Por lo que para que el mundo pueda alcanzar estas metas climáticas que se ha propuesto, se deben desplegar todas las vías posibles para reducir las emisiones de carbono. El sector de la construcción comercial y residencial representa el 39% del dióxido de carbono (CO2) emitido a la atmósfera la vez que genera el 30% de los residuos sólidos y el 20% de la contaminación de las aguas.
Por lo que podríamos concluir que la mitad del CO2 expulsado a la atmósfera está relacionado con la construcción de edificios a lo largo de todas sus fases: construcción, uso y posterior demolición. En consecuencia, el sector de la construcción tiene que desempeñar un papel importante en la reducción de la amenaza del cambio climático.
Cambio de paradigma
Con este escenario es evidente que necesitamos una nueva dirección hacia la construcción de un futuro saludable en nuestras ciudades para las generaciones futuras.
Un cambio de paradigma parece la única opción. Nuestra responsabilidad, dignidad y coherencia como seres humanos, es sin duda trabajar para hacer posible un camino de esperanza y bienestar.
En Arquitectura Consciente planteamos soluciones saludables. Trabajamos desde el edificio, la plaza, la distribución de sus calles, la relación con los espacios libres y su naturalización necesaria, para devolver a nuestros espacios la escala humana que la hace cómoda, atractiva y utilizable.
Utilizamos nuevas herramientas sobre la organización de una empresa o la distribución de una vivienda, el diseño de un sistema o la definición de una marca. Todas son estrategias de futuro que aseguran la salida profesional y con ella la transformación que todos esperamos.
La sostenibilidad, la eficiencia energética, el confort, la funcionalidad o la viabilidad técnica y económica, han de estar al servicio del bienestar común, porque es imposible hablar de Sostenibilidad sin pensar en el Bien Común. Si ponemos la tecnología y el conocimiento a trabajar para el Bien Común, entonces la transformación vendrá de la mano del bienestar. Este es sin duda el valor necesario a recuperar en nuestra sociedad.
Nuevos modelos de desarrollo
En este escenario es necesario encontrar nuevos modelos de desarrollo aplicando nuevas prácticas de desarrollo sostenible y regeneración urbana, trabajando desde la movilidad urbana sostenible, con indicadores y certificaciones que nos inviten a aplicar la economía circular, a trabajar sobre la resiliencia y utilizar herramientas de co-diseño.
Diagnósticos para desarrollar planes de barrio a través de la participación ciudadana y con técnicos líderes en el proceso de cambio, donde la regeneración urbana no solo sea sostenible sino que sea integral.
Sabemos que en las intervenciones es necesario volver a la escala humana, donde la calidad de vida y el bienestar sean los termómetros que midan el índice de satisfacción ciudadana.
La detección de las patologías del terreno o del ambiente producidas por alteraciones en el campo electromagnético terrestre y por la líneas de alta tensión, transformadores, antenas y todas las ondas que nos rodean gracias a la cada vez mayor dependencia de la tecnología que invade nuestras vidas, nos ayuda a establecer diagnósticos sobre el entorno y actuar de la mano de la salud geo-ambiental.
La selección del lugar más sano y apto para el desarrollo de cualquier actividad, la ejecución de materiales con cualidades bióticas, el diseño con formas y volúmenes que configuran el espacio que ocupamos y usamos en base a criterios saludables y respetuosos, la integración de la vegetación en nuestro espacio cotidiano, incorporando sus ventajas físicas y anímicas y para terminar la puesta por el cambio en nuestros intercambios económicos y por lo tanto en la tendencia del mercado centrándolo en el Bien Común.
Estos son sin duda motivos y herramientas para actuar y posibilitar un cambio de rumbo hacia el bienestar global necesario. Los espacios que ocupamos se relacionan con nosotros y nos ayudan a crecer o a enfermar, a través del desarrollo de la sensibilidad natural podemos identificar los factores que limitan nuestra acción o la expanden. Con la formación en Arquitectura Consciente aprenderemos a trabajar en el instante, sin reglas precisas aunque con pautas claras dirigidas a la evolución y el bienestar individual y colectivo.
Conexión con el entorno
El ser humano está conectado con su entorno. Llevar la atención a la realidad que forma parte de él y de su entorno reconociendo su naturaleza profunda, abre un abanico de oportunidades para construir un futuro posible y armonioso.
Es el momento de reorientar la toma de datos y de decisiones en la práctica de la construcción, en la realización de proyectos arquitectónicos y urbanísticos, así como en la configuración de espacios o estructuras empresariales.
Las decisiones que resultan pasan por manejar nuevas herramientas que permitan dar un salto cualitativo en la calidad de nuestro parque edificatorio responsable de un porcentaje cada vez más elevado de emisiones de CO2 y de mala gestión de los recursos que sabemos, son limitados Este cambio de actitud proporcionara un estado de bienestar generalizado y abrirá las puertas de un futuro saludable en nuestro planeta.
Empezar por los edificios que habitamos y los espacios urbanos que ocupamos, configuran y transforman nuestros hábitos es sin duda un acierto.
Máster en Arquitectura Consciente
En este contexto, se ha creado en la Universidad María Cristina el Máster en Arquitectura Consciente (60 ETCS), ya homologado, que reúne diferentes técnicas y profesionales para completar una formación integral, abierta y sobretodo sensible que nos permita poner en fase herramientas desconocidas para amplificar y reconstruir lo conocido desde una base integral.
Es un máster muy versátil hecho a la medida de cada necesidad, que se puede cursar entero o solo uno de los títulos de expertos que lo configuran, con 30 ETCS cada uno: EXPERTO EN SOSTENIBILIDAD Y SALUD, EXPERTO EN SENSIBILIDAD Y ARQUITECTURA.
Las clases están organizadas en un fin de semana al mes y cada fin de semana, en algunos casos cada dos. Cada una de las clases es un monográfico de 12 horas, al que también se puede acceder de forma independiente y obtener un certificado de asistencia por el centro universitario.
La formación en Arquitectura Consciente es una formación que trabaja con herramientas orientadas a la sostenibilidad urbana, la bioconstrucción, la salud geoambiental y la economía del bien común, por un lado, junto a herramientas de sensibilidad natural, como son el feng shui y la geometría sagrada por otro, para actuar en la Arquitectura y el Urbanismo del futuro desde la Ecología profunda, la rama de la filosofía ecológica que considera a la humanidad parte de su entorno, proponiendo cambios culturales, políticos, sociales y económicos para lograr una convivencia armónica entre los seres humanos y el resto de los seres vivos.
Anahí Asenjo, directora del Máster, señala: “Soy testigo sensible de cómo la actividad humana se está alejando de su naturaleza empujada por criterios de rentabilidad y consumo para evidenciar al fin que estamos olvidando quienes somos. Como seres humanos, necesitamos recuperar nuestro lugar, reconocer quiénes somos, despertar nuestra sensibilidad y trabajar conjuntamente para el desarrollo y el crecimiento de la vida en nuestro planeta.”