Mientras la administración española se encuentra en un compás político de espera, la administración europea sigue trabajando. En este nuevo informe, se expresa como, tras casi cinco años de esfuerzos, la Unión de la Energía, en Europa, es ya una realidad, que dispone de un marco normativo exhaustivo para avanzar en la transición energética, alcanzar los objetivos del Acuerdo de París, hacer de la UE un líder a nivel mundial en materia de energías renovables, consagrar el principio de 'lo primero, la eficiencia energética' y contribuir a modernizar la economía e industria europeas.
El informe expresa que cada vez es mayor el desacoplamiento entre emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el crecimiento económico, estando la UE en buena disposición de conseguir en 2020 su objetivo de reducción de emisiones GEI. Respecto al año 1990, el único sector de la UE en donde no se han reducido las emisiones, es el del transporte. En cambio, y gracias a las medidas de eficiencia energética, la productividad energética y la intensidad de emisiones GEI del sector energético han mejorado de forma constante en la UE.
Frente a los descensos de consumo habidos entre 2007 y 2014, el consumo de energía esta aumentando en los últimos años, estando ligeramente por encima de la trayectoria lineal asociada al objetivo de 2020. Claro está que hemos salido de la crisis económica, con bajos precios del petróleo, y además, los años 2015 y 2016 fueron más fríos que los precedentes.
La Comisión no duda de que se consiga el objetivo de energías renovables en el año 2020, pero se advierte cierta ralentización en el crecimiento en los últimos años.
Por último, el informe concluye reconociendo la necesidad de que continúe la estrecha colaboración que ha habido hasta ahora entre Estados miembros y Comisión Europea, en especial en lo relacionado con los Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima, la importancia de que se aumente la implicación de ciudadanos, autoridades locales e industria y recuerda que la Estrategia a largo plazo de la UE muestra el camino a seguir para alcanzar en 2050 una economía moderna y neutra desde el punto de vista climático.
El informe expresa que cada vez es mayor el desacoplamiento entre emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el crecimiento económico, estando la UE en buena disposición de conseguir en 2020 su objetivo de reducción de emisiones GEI. Respecto al año 1990, el único sector de la UE en donde no se han reducido las emisiones, es el del transporte. En cambio, y gracias a las medidas de eficiencia energética, la productividad energética y la intensidad de emisiones GEI del sector energético han mejorado de forma constante en la UE.
Frente a los descensos de consumo habidos entre 2007 y 2014, el consumo de energía esta aumentando en los últimos años, estando ligeramente por encima de la trayectoria lineal asociada al objetivo de 2020. Claro está que hemos salido de la crisis económica, con bajos precios del petróleo, y además, los años 2015 y 2016 fueron más fríos que los precedentes.
La Comisión no duda de que se consiga el objetivo de energías renovables en el año 2020, pero se advierte cierta ralentización en el crecimiento en los últimos años.
Por último, el informe concluye reconociendo la necesidad de que continúe la estrecha colaboración que ha habido hasta ahora entre Estados miembros y Comisión Europea, en especial en lo relacionado con los Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima, la importancia de que se aumente la implicación de ciudadanos, autoridades locales e industria y recuerda que la Estrategia a largo plazo de la UE muestra el camino a seguir para alcanzar en 2050 una economía moderna y neutra desde el punto de vista climático.
Simultáneamente, ha sido publicado el Real Decreto 316/2019, de 26 de abril, por el que se amplían en 507 millones de euros el presupuesto de las ayudas que destina el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder), para la ejecución de actuaciones que favorezcan el paso a una economía baja en carbono en municipios y ciudades.
Estas ayudas comunitarias, conocidas como Programa de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS) y destinadas a entidades locales, pasan a contar con una financiación total de 987 millones de euros y alcanzan, así, la cifra programada para el periodo 2014-2020 en el Programa Operativo Feder Plurriregional de España.
El programa, que coordina en España el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (Idae), ha conseguido un alto grado de participación en todo el territorio nacional. Su objetivo es la aplicación de medidas de ahorro y de eficiencia energética en edificaciones e infraestructuras, fundamentalmente renovaciones de instalaciones de alumbrado municipal y rehabilitación energética de edificios y dotaciones públicas, iniciativas de movilidad urbana sostenible; y la promoción de energías renovables, incluyendo instalaciones de autoconsumo.
El Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) es un instrumento financiero de la Comisión Europea, cuya finalidad es la ayuda para la cohesión socioeconómica de las regiones de la Unión Europea. Se configura como subvenciones que gestionan directamente las administraciones públicas a partir de un cupo de fondos asignado a priori para realizar proyectos en la zona.
