Un nuevo marco de financiación de la UE para el desarrollo regional después de 2020 pretende frenar el declive demográfico que está asolando a diversas regiones europeas. El grave impacto de la creciente despoblación en el desarrollo regional de numerosos territorios supone un menor crecimiento económico, una mayor brecha social y el empeoramiento de problemas estructurales, lo que constituye un reto para las instituciones europeas y nacionales en numerosos estados miembros de la UE. España es uno de los países más afectados.
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