Un placer haber podido asistir a la reunión del comité científico de altísimo nivel celebrada esta semana en el seno del Club Nuevo Mundo.
Comparto todo lo que se dijo. El reto, como bien apunto uno de los ponentes, es presentar una propuesta para movilizar a la sociedad hacia los nuevos comportamientos que hacen falta para gestión los resultados sociales y económicos de esta pandemia.
Como bien apuntaron todos, la pandemia está dando una oportunidad a la humanidad para reconducir los sistemas de vida que nos han levado al borde del caos.
Principales problemas
La destrucción del medio ambiente, como resultado de una enorme inconsciencia permisiva que permite pagar por contaminar, implica a toda la humanidad en la destrucción del planeta. No es sostenible. En estos pocos días de confinamiento se pueden ver las estrellas, las ciudades disfrutan de una atmosfera limpia.
La curva demográfica que, por una parte, envejece a la población del mundo desarrollado, y por otro descontrola la natalidad en las áreas no desarrolladas, que son responsables del 93% del crecimiento de la población, hace insostenible el modelo.
La riqueza que cada vez está en menos manos, mientras que se desvanece la clase media e incrementa la población por debajo del índice de pobreza. No es sostenible
El endeudamiento de países, regiones, y empresas, hace irreal la sostenibilidad económica que ahora depende de la confianza o credibilidad que se le pueda dar a un país o una envidad. No es sostenible
La velocidad de los cambios en tecnologías de consumo hace insostenible sus costes de reposición.
Se educa para saber y no para aplicar. Hay que educar para aceptar, potenciar y gestionar las diferencias entre las personas, para evitar los conflictos que destruyen la convivencia en países y entre culturas. Y para crear una población innovadora y eficiente, generadora de calidad de vida.
El tiempo del trabajo se mide por los resultados y esclaviza a las personas. No es sostenible. El teletrabajo ser imperativo, ya que el mundo está unido ya telemáticamente, para defender la calidad de vida de las personas.
La ciencia tiene que venir al rescate de la humanidad. Debe ser política global dedicar el 90% del presupuesto de investigación a financiar aquellas tecnologías que contribuyan a la salud del medio ambiente….
Y no destinar fondos a viajes interplanetarios cuando se está destruyendo el mundo en el que viven 8.000M de personas. Mejor destinarlos a limpiar los mares, cultivar las tierras, controlar las lluvias, eliminar la contaminación que crean coches y fabricas, premiar el uso y desarrollo de energías limpias.
Esta podría ser una conclusión y una recomendación de trascendencia.
Comparto todo lo que se dijo. El reto, como bien apunto uno de los ponentes, es presentar una propuesta para movilizar a la sociedad hacia los nuevos comportamientos que hacen falta para gestión los resultados sociales y económicos de esta pandemia.
Como bien apuntaron todos, la pandemia está dando una oportunidad a la humanidad para reconducir los sistemas de vida que nos han levado al borde del caos.
Principales problemas
La destrucción del medio ambiente, como resultado de una enorme inconsciencia permisiva que permite pagar por contaminar, implica a toda la humanidad en la destrucción del planeta. No es sostenible. En estos pocos días de confinamiento se pueden ver las estrellas, las ciudades disfrutan de una atmosfera limpia.
La curva demográfica que, por una parte, envejece a la población del mundo desarrollado, y por otro descontrola la natalidad en las áreas no desarrolladas, que son responsables del 93% del crecimiento de la población, hace insostenible el modelo.
La riqueza que cada vez está en menos manos, mientras que se desvanece la clase media e incrementa la población por debajo del índice de pobreza. No es sostenible
El endeudamiento de países, regiones, y empresas, hace irreal la sostenibilidad económica que ahora depende de la confianza o credibilidad que se le pueda dar a un país o una envidad. No es sostenible
La velocidad de los cambios en tecnologías de consumo hace insostenible sus costes de reposición.
Se educa para saber y no para aplicar. Hay que educar para aceptar, potenciar y gestionar las diferencias entre las personas, para evitar los conflictos que destruyen la convivencia en países y entre culturas. Y para crear una población innovadora y eficiente, generadora de calidad de vida.
El tiempo del trabajo se mide por los resultados y esclaviza a las personas. No es sostenible. El teletrabajo ser imperativo, ya que el mundo está unido ya telemáticamente, para defender la calidad de vida de las personas.
La ciencia tiene que venir al rescate de la humanidad. Debe ser política global dedicar el 90% del presupuesto de investigación a financiar aquellas tecnologías que contribuyan a la salud del medio ambiente….
Y no destinar fondos a viajes interplanetarios cuando se está destruyendo el mundo en el que viven 8.000M de personas. Mejor destinarlos a limpiar los mares, cultivar las tierras, controlar las lluvias, eliminar la contaminación que crean coches y fabricas, premiar el uso y desarrollo de energías limpias.
Esta podría ser una conclusión y una recomendación de trascendencia.