Como explica Daniel Christian Wahl en Designing Regenerative Cultures, la función más amplia de la ética, su imperativo ecológico, se extiende más allá de las preocupaciones antropocéntricas a la preocupación biocéntrica por la evolución continua de la vida.
Me intereso por este autor porque tiene una visión holística enraizada en la ética, y creo firmemente que sin ética no se pueden hacer en la actualidad los planteamientos a futuro que necesitamos urgentemente como sociedad.
El propio Fritjof Capra opina que el libro de Wahl es una valiosa contribución a la importante discusión sobre la visión del mundo y el sistema de valores que necesitamos para rediseñar nuestros negocios, economías y tecnologías, (de hecho, toda nuestra cultura), para que sean regenerativos en vez de destructivos.
En esta época de incertidumbre que nos ha tocado vivir (y no será porque no nos hayan avisado nuestros científicos) tenemos una preciosa oportunidad de pararnos a pensar para decidir si queremos seguir esquilmando la Tierra para hacer negocios (y de paso hundir en la miseria a millones de animales humanos y no humanos), si queremos empecinarnos en el más de lo mismo, el eterno "volver a la normalidad" después de cada catástrofe. (Te dejo aquí un artículo de Daniel Innerarity, Aprender de la crisis) que explica muy bien nuestro posicionamiento.
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