Querido amigo, estoy conmocionada por las imágenes de tu resistencia y de tu rostro serio ante dos uniformados que pretendían hacerte callar. Detrás de ti, el espectáculo que daban las puertas cerradas de un parlamento (con minúscula) ciego, sordo y sin palabras para justificar su gobernanza. La que cada día, haciendo oídos sordos a las evidencias y a los avisos de los que más saben, colabora al deterioro del planeta y al posible fin de una humanidad inconsciente de lo que se juega.
Tu imagen, las imágenes de todos y cada uno de los científicos que estuvieron a las puertas del Congreso denunciando a voz en grito, porque ya no se pueden escribir más ”informes” sobre lo que pasa y sobre las consecuencias que, a corto plazo vamos a padecer, fueron aleccionadoras. Las invisibilidad de los supuestos representantes, ante esta manifestación de denuncia, resultó ser vivo ejemplo de ignorancia y soberbia.
Tu imagen, las imágenes de todos y cada uno de los científicos que estuvieron a las puertas del Congreso denunciando a voz en grito, porque ya no se pueden escribir más ”informes” sobre lo que pasa y sobre las consecuencias que, a corto plazo vamos a padecer, fueron aleccionadoras. Las invisibilidad de los supuestos representantes, ante esta manifestación de denuncia, resultó ser vivo ejemplo de ignorancia y soberbia.
José Esquinas cuando es detenido, y luego simplemente retenido por la policía nacional. Foto: Mar Muro..
Ante la gravedad de la situación planetaria, en Madrid los que saben más son frenados y dispersados por unas fuerzas del orden, de un orden viejo que no se renueva porque ya acabó su tiempo. Unas circunstancias que me retrotraen a un tiempo pasado que no pensaba iba a repetirse más.
Como sabes tú bien, el tiempo de estas instituciones, tal y como están concebidas, ha periclitado. Necesitamos cooperar, colaborar, empatizar para salvar y perpetuar la vida. Abrir las puertas de las consciencias de todos y cada uno de los ciudadanos, empezando por los niños y los jóvenes, para que miren hacia lo esencial, para que adquieran utopías, para que amen aprender a conocer, a ser, a sentir, a querer a un planeta que está en permanente primavera, ofreciendo en cada una de sus expresiones latidos de vida que son promesas de más vida y de más que vida.
Nosotros, los mayores, tenemos un importante papel que jugar entre las nuevas generaciones, y muchos, como tú, lo están jugando. Este tiempo y estos procesos que vivimos necesitan de la experiencia que está en los más viejos, los que más retos han enfrentado y los que más problemas han superado. Una experiencia que les ha de servir a ellas, a las generaciones que nos suceden, de pilar sobre los que posar sus jóvenes pies para mirar al futuro que hay que construir, y que le sirva de soporte a los nuevos retos que cada día han de enfrentar, sintiendo que no están solos porque otros y otras vinieron antes a preparar el territorio, con el abono de sus corazones.
Te quiero mucho, amigo. Gracias por la consciencia humana que tan dignamente representas.
Alicia Montesdeoca Rivero
7 de abril de 2022
Como sabes tú bien, el tiempo de estas instituciones, tal y como están concebidas, ha periclitado. Necesitamos cooperar, colaborar, empatizar para salvar y perpetuar la vida. Abrir las puertas de las consciencias de todos y cada uno de los ciudadanos, empezando por los niños y los jóvenes, para que miren hacia lo esencial, para que adquieran utopías, para que amen aprender a conocer, a ser, a sentir, a querer a un planeta que está en permanente primavera, ofreciendo en cada una de sus expresiones latidos de vida que son promesas de más vida y de más que vida.
Nosotros, los mayores, tenemos un importante papel que jugar entre las nuevas generaciones, y muchos, como tú, lo están jugando. Este tiempo y estos procesos que vivimos necesitan de la experiencia que está en los más viejos, los que más retos han enfrentado y los que más problemas han superado. Una experiencia que les ha de servir a ellas, a las generaciones que nos suceden, de pilar sobre los que posar sus jóvenes pies para mirar al futuro que hay que construir, y que le sirva de soporte a los nuevos retos que cada día han de enfrentar, sintiendo que no están solos porque otros y otras vinieron antes a preparar el territorio, con el abono de sus corazones.
Te quiero mucho, amigo. Gracias por la consciencia humana que tan dignamente representas.
Alicia Montesdeoca Rivero
7 de abril de 2022