NUEVO MUNDO





Gabriel Barceló
28/05/2020

La preocupación tras el COVID-19 es la situación económica, y como crear puestos de trabajo. Para este fin se han creado comisiones y grupos de trabajo y se han emitido informes y recomendaciones. En el Congreso ha sido creada la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica con este fin.


Con el fin de fomentar y facilitar la participación ciudadana, incluso esta comisión ha convocado a los ciudadanos para la presentación de propuestas, la celebración de debates y la elaboración de conclusiones sobre las medidas a adoptar para la reconstrucción social y económica, como consecuencia de la crisis del COVID-19.
También el Congreso de los Diputados ha habilitado un buzón de correo electrónico al que se podrán enviar sugerencias y propuestas relacionadas con el trabajo de esta Comisión. Las aportaciones podrán referirse a uno de los cuatro siguientes grupos de trabajo, creados en el seno de la Comisión:
- Políticas Sociales y Sistema de Cuidados
- Unión Europea
- Reactivación Económica
- Sanidad y Salud Pública
Indudablemente es una iniciativa innovadora, que fomenta la participación ciudadana. No obstante, posiblemente en su convocatoria ha sido olvidada una cuestión importante. En el momento actual determinadas empresas no pueden contratar personal, aunque su deseo sea ese.
Resulta que nuestras administraciones públicas han digitalizado sus relaciones con los contribuyentes, y toda relación tiene que ser hecha por teleproceso, lo cual es un buena noticia en situaciones como las que estamos padeciendo.
Pero una nueva empresa, recientemente constituida, para contratar personal tiene que realizar necesaria y previamente dos actuaciones presenciales. Si no se persona ante el organismo correspondiente, no puede tener accesibilidad al sistema informático.
Si una empresa intenta conectarse co la AEAT se le exige identificación con firma digital, y en otro caso, el sistema generara aviso de ERROR, al intentar iniciar un trámite que requiere un certificado de accesibilidad. Si no dispone de certificado electrónico, le aparecerá este código de error cuando acceda a un trámite que lo requiera.
Para iniciar el proceso, es necesario solicitar la carta de invitación, cuya respuesta será enviada por correo postal al domicilio fiscal del contribuyente. En este correo se incluye el número de registro, con el código Seguro de Verificación (CSV) que consta en la carta.
En el caso de que el administrador de la empresa sea no residente, tendría dos opciones para obtener la firma digital:
 
  1. Solicitar la firma digital de administrador solidario de la entidad directamente en el Consulado, aportando su NIF/NIE, los datos de la sociedad y el código de la FNMT. En el momento que acreditase su presentación en el Consulado, podría la empresa descargar la firma digital.
  2. Designar un apoderado en España, para que realice presencialmente esas gestiones ante la AEAT. Solicitar una nota simple al Registro Mercantil y solicitar la firma como persona jurídica en la Agencia Tributaria con cita previa.
 
Pero a continuación tiene que conseguir ser reconocido por el sistema informático de la Seguridad Social, para poder contratar a un empleado:
 
  1. Inscripción de la empresa y obtención de un código de cuenta cotización de la Seguridad Social
  2. Obtención del Autorizado en el Sistema Red de la Seguridad Social, del código de cuenta cotización.
 
Estos dos trámites tiene que hacerse de forma presencial en las oficinas de la Administración correspondientes y también el de la firma digital ante la AEAT.
 
Pero actualmente estas oficinas están cerradas y no atienden al público. Por lo que podemos concluir que las nuevas empresas no pueden contratar a trabajadores, al menos mientras no estén abiertas las oficinas habilitadas para esto tramites<
 
Parece evidente que hasta en condiciones normales estos tramites deberían aligerarse, pero en la actualidad, en Madrid es imposible que una nueva empresa contrate personal. Parece que la Tesorería General de la Seguridad Social esta implementado un serie de nuevos procedimientos para determinados tramites, pero entre los que no se encuentra el de inscripción de la empresa y obtención de un código de cuenta cotización.
Mientras estén cerradas al público las oficinas de la Administración, y antes de cualquier acuerdo, sería necesario solventar estos inconvenientes que hacen imposible a una nueva empresa contratar personal.
 

28/05/2020
28/05/2020 | Comentarios






Francisco Lobato
19/05/2020

Esperanza
Algunos creíamos que el virus más contagioso y en fase con el presente a nivel mundial era el tristemente famoso que provoca la Covid- 19, pero no, mucho más contagioso y, si le dan tiempo, mortal, es el virus de la conspiración, la mentira, la distorsión y el bulo.
 
Cuatro patógenos en uno de los que muy pocos salen indemnes.
 
Este virus se alimenta de la falsa creencia como la de que los humanos lo sabemos todo y ese todo tiene su explicación racional y lógica.
 
No estamos acostumbrados a vivir en la incertidumbre y menos a doblar la rodilla ante lo no-visible que nos hace tocar suelo, aunque eso siempre nos conecte con la realidad.
 
Es mucho más vendible y fácil de digerir el discurso de los malos detrás de cada hecho que no podemos entender: esa supuesta élite, que lo que desea es nuestra desaparición.
 
Suponiendo que esta teoría fuera verdad, entonces ellos serían los que realmente trabajan para la luz y para la salud del planeta, pues quieren acabar con el virus más dañino que ha tenido esta tierra bendita, el ser humano.
 
Entonces todo tiene más sentido, todo es al revés de lo que pensamos y nos hacen creer que los inconscientes, egoístas, ambiciosos, asesinos, somos nosotros.
 
La mayoría de la humanidad, que cree vivir en un planeta y en un cuerpo eterno, en un trozo de roca inanimado y suspendido en el espacio, piensa también que es víctima del destino, de los iluminati, del 5g, del nuevo orden mundial, del gobierno de turno, de Bill Gates, de la OMS.
 
Siempre es el otro, parecemos políticos, tertulianos, futbolistas, hombres y mujeres, señalándose unos a otros, nunca el dedo se podrá dar la vuelta para señalarnos a nosotros mismos, a no ser que enfrente pongamos un espejo.
 
A la realidad es difícil de aguantarle la mirada y más si esta verdad nos suele reflejar, aunque sea de una forma indirecta: nadie quiere ver su cara y su responsabilidad en nada de lo que su mente niega.
 
Sobre todo porque ello supondría la necesidad de cambiar, de morir a todo aquello que nos ha dado la falsa seguridad y el falso bienestar para unos pocos elegidos, y que ahora se cae como un castillo de naipes en nuestras narices.
 
Somos una especie miope, inconsciente, soberbia, asesina y suicida, sin ningún respeto al organismo vivo que nos ha dado la vida y al espíritu que la mantiene.
 
Pensamos de una forma mágica e ilusoria que nuestros actos no tienen consecuencias y que nuestra falta de respeto, cuidado y compromiso por toda vida, es una condición natural del que es superior a todos los demás organismos del planeta.
 
No seremos la primera especie y ni siquiera humanidad que desparezca engullida por su propia voracidad y locura.
 
Por eso no nos preparamos para nuestra próxima extinción, igual que no nos despedimos, ni parece que nos importe el cada vez mayor número de especies que desaparecen  por nuestro mal uso de los recursos y la ausencia de consciencia de la interdependencia entre todo organismo vivo.
 
Pero este mensaje no vende como podría hacerlo cualquiera de las películas de misterio, con tramas enrevesadas que llenan las redes sociales y en las que siempre se descubre al asesino y suele ser el que uno menos se imagina.
 
Así funciona nuestra mente racional, nos gusta buscar retos, enigmas, problemas complicados de donde salir airosos poniendo a prueba nuestra suprema inteligencia y sagacidad.
 
Somos los conquistadores de la naturaleza y del universo, nuestro nivel de contagio de la estupidez humana es superior a cualquier coranovirus conocido.
 
Personalmente, la esperanza que tenía de que una prueba colectiva como esta en la que estamos inmersos nos hiciera reflexionar, comprender y analizar la situación del mundo y nuestro papel en este, va desapareciendo como un hielo sumergido en un vaso, se va deshaciendo lenta y dolorosamente.
 
Este dolor que muchos tenemos en lo profundo del pecho y que se intensifica cuando observamos la situación en la que nos encontramos y en la que todos hemos participado, es también un despertador de la consciencia.
 
Nuestra condición humana a nivel mental es difícil de cambiar, pero no imposible.
 
Más fácil es la apertura de nuestro corazón y sus diferentes dimensiones, que es lo más humano y sutil que tenemos, y que nos hace detentores de amor incondicional, empatía y compasión.
 
Condiciones esenciales para empezar a reconocer el sufrimiento que inunda una gran parte de la vida manifestada, y disparador para pasar a la acción y dejar de señalar todo lo que pasa por nuestras narices.
 
Porque ese pequeño juez que habita en cada uno de nosotros lo único que consigue es calmar nuestra mala conciencia y sentirnos más pequeños e impotentes por la suprema maldad que nos rodea, haciéndonos aún más pasivos.
 
Esa es la verdadera conspiración de la anticonsciencia, conseguir que no hagamos nada, que no luchemos contra nuestras propias inercias, que no iluminemos nuestras inconsciencias y que no pongamos nuestro potencial humano a pasear para cambiar realmente el mundo.
 
Deberíamos colaborar, conspirar, conectar las diferentes voluntades de los que el pecho se nos desgarra con cada injusticia, con cada muerte por inanición, con cada extinción programada.
 
Este dolor sublimado puede ser el combustible de la reacción y de la construcción de algo diferente, luminoso y ordenado que sea de verdad expresión de la consciencia planetaria que deberíamos de encarnar como seres humanos.
 
Dejemos de escondernos entre las brumas de las conspiraciones y pongamos nuestra energía en construir lo nuevo, lo inimaginable, lo utópico. Ya vamos tarde.

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Nos anticipamos al futuro
Eduardo Martínez de la Fe
Este Blog ha sido creado por el Club Nuevo Mundo para recoger las iniciativas, reflexiones, experiencias y propuestas que sus miembros y socios quieran hacer llegar a la sociedad. Está estructurado en torno a 4 ejes temáticos: artículos, pensamientos, propuestas y noticias. A través de ellos, cualquier persona puede conocer lo que se está cocinando en el seno del Club Nuevo Mundo y comentar las diversas aportaciones.

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