Blog de los miembros y socios del Club Nuevo Mundo
Siendo la emergencia climática un desafío global, y siendo necesaria una respuesta conjunta, que implique a todas las naciones del mundo, ha terminado en Madrid, esta convocatoria, la COP 25, con resultados insuficientes.
La XXV Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático, COP25 o Cumbre del Clima, ha terminado solicitando a los países, para 2020, presentar nuevos y más ambiciosos compromisos de reducción de emisiones, (las llamadas Contribuciones Nacionales Determinadas), para hacer frente a la emergencia climática.
Ha sido redactado y aprobado un documento final: 'Chile-Madrid Tiempo para la Acción' pidiendo a las naciones nuevos compromisos, para limitar el crecimiento de la temperatura global a 1,5ºC.
Las 196 partes que constituyen la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) expresan su "preocupación" por el estado del sistema climático mundial y recomiendan combatir el calentamiento global con la "mejor ciencia disponible".
Pero tenemos que ser realistas, mientras los países más contaminantes: China, EEUU, Rusia e India no tomen decisiones directas sobre sus propias emisiones, las actuaciones de los restantes países no serán relevantes, y los objetivos globales de este proyecto conjunto, serán difícilmente realizables.
Es muy cierto que la respuesta al calentamiento global debe basarse en el mejor conocimiento científico disponible, fuera de posicionamientos ideológicos. Las decisiones de los países deben actualizarse permanentemente, conforme a los avances de la ciencia.
Precisamente, antes del inicio de la conferencia fue publicado un texto de más de 11.000 científicos, alertando sobre la situación de emergencia climática. El texto revisaba un conjunto de indicadores sobre actividades humanas, que afectan las emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
Esta cumbre mundial en Madrid ha sido una oportunidad para difundir los problemas existentes y proponer e impulsar la lucha contra los fenómenos climáticos antropogénicos, proponiendo una transición energética justa, que tenga también en cuenta a los ciudadanos.
A pesar de la respuesta y del esfuerzo de la gestión española, de la duración de los actos, y de la buena organización del evento, no podemos evitar en pensar que la cumbre sobre el clima celebrada en Madrid, ha vuelto a ser un nuevo intento fallido, para pretender el verdadero consenso de una rápida y eficaz respuesta a la emergencia climática.
La ausencia de verdaderos representantes, de los países responsables de la mayor parte de las emisiones contaminantes, ya referidos, suponía que el resultado obtenible tendría forzosamente un valor muy relativo.
Tal vez, y gracias a la buena organización, se haya avanzado en la toma de conciencia ciudadana, y de la necesidad del cambio del paradigma energético, basado en los combustibles sólidos fósiles.
Posiblemente la Unión Europea, con su declaración pública de emergencia climática, y poniendo en marcha el «Pacto Verde», está siendo pionera en la toma de decisiones favorables, de modo que sus ciudadanos posiblemente serán los primeros beneficiados.
Tampoco debemos olvidar que nos encontramos en una época de transición, y que es ya posible que la energía Nuclear de Fusión llegue próximamente, resolviendo la actual transición energética.
El objetivo es evitar que el planeta se caliente más de 2ºC respecto a la era preindustrial, o a ser posible, que el aumento se reduzca a 1,5ºC, en este siglo.
Por otro lado, el plenario de la COP25 aprobó otros acuerdos: por ejemplo, alentar a los países a que en 2020 presenten nuevos planes, teniendo en cuenta las "responsabilidades comunes pero diferenciadas y capacidades respectivas". ¿Realmente los países más contaminantes harán mayores esfuerzos?
Otro texto sugiere a los países desarrollados que movilicen 100.000 millones anuales, a partir de próximo año, para ayudar a los países en desarrollo a combatir los efectos del cambio climático. ¿Se realizara realmente este esfuerzo financiero?
La revisión del Mecanismo Internacional de Varsovia de Pérdidas y Daños, ante la falta de consenso, se ha trasladado a la Cumbre del Clima, que el próximo año se celebrará en Glasgow (Reino Unido).
La organización de la cumbre fue asumida por España en circunstancias excepcionales, y como acto de solidaridad con Chile. El resultado permite demostrar la impresionante capacidad organizativa y creativa de nuestro país, y concretamente de la ciudad de Madrid, para llevar a cabo esta tarea con la mejor voluntad posible. Hay pocos países y pocas ciudades del mundo donde algo así hubiera sido posible, por lo que nos entristece que, a pesar del gran esfuerzo realizado, los resultados hayan sido tan livianos.
Ha sido redactado y aprobado un documento final: 'Chile-Madrid Tiempo para la Acción' pidiendo a las naciones nuevos compromisos, para limitar el crecimiento de la temperatura global a 1,5ºC.
Las 196 partes que constituyen la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) expresan su "preocupación" por el estado del sistema climático mundial y recomiendan combatir el calentamiento global con la "mejor ciencia disponible".
Pero tenemos que ser realistas, mientras los países más contaminantes: China, EEUU, Rusia e India no tomen decisiones directas sobre sus propias emisiones, las actuaciones de los restantes países no serán relevantes, y los objetivos globales de este proyecto conjunto, serán difícilmente realizables.
Es muy cierto que la respuesta al calentamiento global debe basarse en el mejor conocimiento científico disponible, fuera de posicionamientos ideológicos. Las decisiones de los países deben actualizarse permanentemente, conforme a los avances de la ciencia.
Precisamente, antes del inicio de la conferencia fue publicado un texto de más de 11.000 científicos, alertando sobre la situación de emergencia climática. El texto revisaba un conjunto de indicadores sobre actividades humanas, que afectan las emisiones de Gases de Efecto Invernadero.
Esta cumbre mundial en Madrid ha sido una oportunidad para difundir los problemas existentes y proponer e impulsar la lucha contra los fenómenos climáticos antropogénicos, proponiendo una transición energética justa, que tenga también en cuenta a los ciudadanos.
A pesar de la respuesta y del esfuerzo de la gestión española, de la duración de los actos, y de la buena organización del evento, no podemos evitar en pensar que la cumbre sobre el clima celebrada en Madrid, ha vuelto a ser un nuevo intento fallido, para pretender el verdadero consenso de una rápida y eficaz respuesta a la emergencia climática.
La ausencia de verdaderos representantes, de los países responsables de la mayor parte de las emisiones contaminantes, ya referidos, suponía que el resultado obtenible tendría forzosamente un valor muy relativo.
Tal vez, y gracias a la buena organización, se haya avanzado en la toma de conciencia ciudadana, y de la necesidad del cambio del paradigma energético, basado en los combustibles sólidos fósiles.
Posiblemente la Unión Europea, con su declaración pública de emergencia climática, y poniendo en marcha el «Pacto Verde», está siendo pionera en la toma de decisiones favorables, de modo que sus ciudadanos posiblemente serán los primeros beneficiados.
Tampoco debemos olvidar que nos encontramos en una época de transición, y que es ya posible que la energía Nuclear de Fusión llegue próximamente, resolviendo la actual transición energética.
El objetivo es evitar que el planeta se caliente más de 2ºC respecto a la era preindustrial, o a ser posible, que el aumento se reduzca a 1,5ºC, en este siglo.
Por otro lado, el plenario de la COP25 aprobó otros acuerdos: por ejemplo, alentar a los países a que en 2020 presenten nuevos planes, teniendo en cuenta las "responsabilidades comunes pero diferenciadas y capacidades respectivas". ¿Realmente los países más contaminantes harán mayores esfuerzos?
Otro texto sugiere a los países desarrollados que movilicen 100.000 millones anuales, a partir de próximo año, para ayudar a los países en desarrollo a combatir los efectos del cambio climático. ¿Se realizara realmente este esfuerzo financiero?
La revisión del Mecanismo Internacional de Varsovia de Pérdidas y Daños, ante la falta de consenso, se ha trasladado a la Cumbre del Clima, que el próximo año se celebrará en Glasgow (Reino Unido).
La organización de la cumbre fue asumida por España en circunstancias excepcionales, y como acto de solidaridad con Chile. El resultado permite demostrar la impresionante capacidad organizativa y creativa de nuestro país, y concretamente de la ciudad de Madrid, para llevar a cabo esta tarea con la mejor voluntad posible. Hay pocos países y pocas ciudades del mundo donde algo así hubiera sido posible, por lo que nos entristece que, a pesar del gran esfuerzo realizado, los resultados hayan sido tan livianos.
15/12/2019
15/12/2019
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Comentarios
COP25 está propiciando numerosas reflexiones en diferentes ámbitos, también entre los ciudadanos. Ojala consigamos entre todos revertir esta terrible situación que sufre el Planeta.
Ahora que todos andamos pendientes de los posibles avances que consigamos en materia de cuidado medioambiental/cambio climático, muchos ciudadanos observamos con atención y con ambivalencia las idas y venidas, negociaciones y acuerdos que tejen nuestros representantes.
Tenemos que hacer algo YA, porque, como dicen Eduardo Costas y Victoria López Rodas, catedráticos de genética, Las cosas están mal, mucho peor de lo que la mayoría de la gente piensa. Prestamos atención porque nos va la vida en ello, literalmente. Y sentimos ambivalencia porque no vemos con claridad el grado de compromiso que la humanidad puede alcanzar para salir de esta horrible crisis climática que hemos provocado entre (casi) todos. Se ven avances en diferentes ámbitos, sí, y eso es muy bueno; pero esos avances son lentos, inconexos y desiguales en diferentes zonas del planeta.
Y sobre todo, esos avances se plantean desde una óptica antropocéntrica. Estamos convencidos de que los humanos somos los dueños y señores de la Tierra, y sobre ese concepto hemos levantado nuestra civilización y nuestra forma de "gestionar" el planeta. ¿Qué tal si comenzamos a transitar hacia una nueva Ética de la Tierra?
¿Quieres vivir en Marte?
Tenemos que hacer algo YA, porque, como dicen Eduardo Costas y Victoria López Rodas, catedráticos de genética, Las cosas están mal, mucho peor de lo que la mayoría de la gente piensa. Prestamos atención porque nos va la vida en ello, literalmente. Y sentimos ambivalencia porque no vemos con claridad el grado de compromiso que la humanidad puede alcanzar para salir de esta horrible crisis climática que hemos provocado entre (casi) todos. Se ven avances en diferentes ámbitos, sí, y eso es muy bueno; pero esos avances son lentos, inconexos y desiguales en diferentes zonas del planeta.
Y sobre todo, esos avances se plantean desde una óptica antropocéntrica. Estamos convencidos de que los humanos somos los dueños y señores de la Tierra, y sobre ese concepto hemos levantado nuestra civilización y nuestra forma de "gestionar" el planeta. ¿Qué tal si comenzamos a transitar hacia una nueva Ética de la Tierra?
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